Bon vent i barca nova

—     Diu que marxa Duran.

—     I Lleida també.

—     Com?

—     No, que plega en Lleida.

—     Que sí, cony, que marxa en Duran i Lleida.

—     Escolta una cosa.

—     Digues.

—     Què passarà ara amb les enquestes?

—     Quines enquestes?

—     Les que diuen quin és el polític més valorat.

—     I menys votat.

—     Sí, també.  Que el Duran era el polític més valorat, però no el votaven ni els del seu partit.

—     Saps que.

—     Digues.

—     A mi em preocupa més l’estiu.

—     L’estiu?

—     Sí, l’estiu.  No aquest estiu.

—     Doncs quin estiu?

—     L’estiu vinent.

—     Per què l’estiu vinent?

—     Doncs perquè aquest estiu hi ha mundial, però l’estiu vinent no.

—     I?

—     I llavors qui dirà bestieses a la universitat d’estiu?

—     Osti tu, és veritat.  Que sempre sortia en Duran a donar algun ensurt als seus companys de files.  I ara que farem a l’estiu?

—     No se.  Potser podríem anar a la platja.

—     Ep, que jo soc més de muntanya.

—     Bé doncs a la muntanya.

—     Diu que marxa en Duran.

—     Sí, i en Lleida també.

—     Bon vent i barca nova.

Sobre las cosas reales

Desde luego esto ya es una cosa Bárbara.  ¡Hasta cuándo vamos a tener que soportar todas estas injurias al Rey!  ¡Pero si es el mejor del mundo!  Yo, de verdad que no entiendo nada.  Después de todos los servicios prestados y el futuro que todavía tiene el muchacho, cómo hay algunos que se empeñan en desecharlo como si fuera un viejo elefante camino del cementerio.  Continúa siendo el mejor en lo suyo.  No hay sustituto posible que esté a su altura.  Es único en su especie.  Causa la envidia de otros países que tienen la vista fija en él y los suyos.

Sí, algunos dicen que llegó allí de forma ilegítima, que se deshizo del que era el justo titular, el rey legítimo e indiscutible.  Por supuesto están en su derecho, pero para mí nadie ha sabido recoger y transmitir los valores como él.  Tenemos, por tanto, mucho que agradecerle, pese a los deslices de los últimos días.  Es normal, tanto tiempo obligado a mantenerse apartado,que en sus pocas intervenciones se equivoque, pero eso con un poco de rodaje se soluciona.  Pienso que lo mejor sería dejarle decidir por sí mismo cual es la Corina, perdón, el corolario que cierre su trayectoria de la forma más gloriosa y lo acompañe el resto de sus días.

¿Por qué no se callan ya los que ponen en duda su figura?  Iker Casillas, el Rey, es un asunto muy serio como para poner en duda su continuidad.  Ah, ¿la abdicación del rey?  Eso es un cambiarlo todo para que todo siga igual.