Parece ser que damos miedo, mucho miedo. Por eso el gobierno, harto de tanta protesta
y tanta leche, está redactando una ley para regular el derecho de manifestación
y de reunión(?) Extraño ¿verdad? Que un gobierno presuntamente democrático
haga caso a los llamados cavernícolas mediáticos y se ponga manos a la obra
para regular lo irregulable dice muy poco a favor de la calidad de sus valores
democráticos.
No me canso de repetir que la democracia se
demuestra ante quienes no piensan como tú, lo otro es otra cosa más soez que definió muy bien
Quentin Tarantino en Pulp Fiction. Y esa
demostración de espíritu democrático tiene que fundamentarse sobre todo en el
respeto y el saber escuchar lo que se te está diciendo en todo momento. Otra cosa es que lo compartas.
Saber escuchar no es parar oreja en la rajita
de la urna cada cuatro años y ver si suena música celestial o tambores de “te
quedaste en la oposición chaval” Saber
escuchar es más que eso.
No se cansan de repetirnos que ellos son los
legítimos representantes de los españoles.
No se cansan de emular una y otra vez a diversos lehendakaris (desde
Ardanza hasta Patxi López) que dijeron aquello de:
“Seré el lehendakari de todos los vascos”
Así pues cada vez que llega un político a la
presidencia de España dice esta frase tan prosopopéyica y a la vez tan vacía de
significado, cambiando lehendakari por presidente y vascos por españoles, of
course.
Pues bien, ¿qué significa ser el presidente
de un estado democrático? Básicamente
hacer lo que te sale de salvas sean las partes hasta el año anterior a las
elecciones en que empiezas a tirar de “talante democrático” Pero en realidad lo que se espera es otra
cosa muy distinta. Lo que se espera es
un auténtico (y por tanto mero) representante de todos los españoles. Eso quiere decir que los españoles hablan más
allá de las urnas y los políticos deberían responder más allá de las
legislaturas prescindiendo de sus cargos y dimitiendo con cierta soltura. Si en realidad representas, nada hay que
temer por que sea otro el que lo haga.
Ahora bien si haces de la política una profesión, ay amigo, entonces no
hay quien te eche. El pan de tus hijos,
en el mejor de los casos, depende de que continúes disfrutando de las prebendas
del poder.
Como de un tiempo a esta parte hay una
porción de españoles que no se siente representado ni con ganas de estarse
amordazado cuatro años, al calor del movimiento 15M, han surgido grupos
contestatarios y autónomos que se hacen difíciles de manejar. No hay sindicato que pueda meter mano. No hay partido político que pueda
infiltrarse. Además no se callan
nada. Marea Verde, Marea Blanca, PAH,
Yayoflautas, etc. campan a sus anchas por el Estado de Derecho y esto no se
puede consentir. Porque hasta ahora la
vida del político era una vida relativamente apacible y de repente tienen que
ponerse a trabajar. Y eso sí que no.
Ahora pretenden regular lo irregulable: El derecho de manifestación.
Recuerda tiempos pretéritos ¿verdad? Pues si nos imaginamos cómo puede ser esa
regulación aún lo hará más, porque vamos a ver:
-Si voy paseando con un grupo de “amigos” por
la calle y todos portamos la misma camiseta, y casualmente pasamos frente a la
casa de un político, y cantamos a coro una jota de picadillo dirigida al
ilustrísimo político, ¿será un escrache?
-¿Cuántas personas podremos pasear juntas con
mensajes incrustados en nuestra ropa sin que eso sea delito? O, ¿dependerá del mensaje?
-¿Nos podremos reunir sólo en el monasterio
de Montserrat o en la iglesia del barrio?
-Si estoy grabando un video de la comunión de
mi Jessi y en ese momento pasa un munillo y lo grabo sin querer: ¿pasaré a
disposición judicial?
En fin, que todo esto va a ser un lío de
Cristo Padre y al final quedará a criterio de la discrecionalidad de la
autoridad competente, con lo cual esto va a ser peor que el Delorean de “Regreso
al futuro,” pero esta vez iremos al pasado para no volver.
Eso sí, señores del gobierno, como lleguen a
aprobar esta ley prepárense, porque si llegan a imponer a alguien normal, como
por ejemplo yo, una multa de 600.000 euros, nos han arruinado la vida para
siempre jamás, y una persona con la vida arruinada no tiene nada que perder y
mucho que ganar, así que prepárense para contar con ciudadanos desesperados,
descontentos y sin nada que perder.
Notas:
En un
régimen político en el que el lema articular sea ante todo el orden público,
ocurre que la vida política se concibe en términos de orden público y todo lo
que afecte a éste será potencialmente político.
Lo que consigue el régimen con esto es descubrir su talón de
Aquiles. Al mostrar el orden público
como el aspecto cuya vulneración más podría afectarle, no hace otra cosa que
señalar el punto donde más daño le haría cualquier ataque.
La
noción de orden público en el constitucionalismo español de Julián Delgado Aguado y
otros.
Todo
español podrá expresar libremente sus ideas mientras no atenten a los
principios fundamentales del Estado.
Artículo 12 del Fuero de los Españoles de 17 de julio de 1945.
En los demás casos, para las reuniones confesionales no
católicas será necesaria la previa autorización del Gobernador civil de la
provincia, que la concederá cuando la petición esté justificada por su
finalidad religiosa, haya sido formulada por la Asociación confesional en el
plazo y forma que reglamentariamente se determine y no contradiga las
exigencias del orden público. Artículo
11.2 de la Ley 44/1967, de 28 de junio, regulando el derecho civil en materia
religiosa.
Comparto totalmente el sentir de este artículo, si no paramos este tipo de leyes y comportamientos, nos acabarán por poner uniforme a todos para salir a la calle, aunque lo peor será que este uniforme tendrá una insignia con cierta ave que nos recuerda al pasado de este país, el problema es que no sabremos que la llevamos bordada, porque la primera puntada de este cosido es el recorte de derechos que ya ha comenzado.
ResponderEliminarEnhorabuena por el articulo.
Gracias Daniel.
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