Hace ya algún tiempo que Jordi Évole no forma parte
de mis noches de domingo. Lo cierto es
que ya me cansaba el formato del programa en el que apenas se descubre nada
nuevo. Cada vez son más los dinosaurios
de la política que pasean sus semblantes frente a la cámara acompañados del
reportero dicharachero de moda y, la verdad, para ver a Felipe González y a
Artur Mas hablando del proceso soberanista pues me pilla un poco cansado. Todo esto lo digo en un acto de valentía
inusitado, ya que no estaba bien visto, en según qué círculos, decir que te
cansaba el programa de El Follonero.
Pese a todo reconozco que, con cierta desconfianza,
fui víctima este domingo de la publicidad que le habían dado al documental que
querían presentar. Diré también que me
creí el desarrollo del documental y las explicaciones que allí se daban, sobre
todo porque de una vez por todas alguien lograba explicarme cómo era posible
que Garci recibiera un Oscar por la pastelera y casposa “Volver a empezar”
Hacia el final del programa cuando explicaron que
todo había sido un broma me sentí bastante indignado, no por el hecho de ser
víctima de un engaño, que eso siempre me resulta divertido, sino porque con ese
reportaje humorístico Jordi Évole se ha doblegado a las estrategias de
márketing de la cadena. Además ha puesto
en entredicho el trabajo de otros periodistas serios que sí habían puesto en
tela de juicio la versión oficial del 23F.
Ahora toda esa investigación llevada a cabo por verdaderos profesionales
del periodismo se ha visto empañada por este episodio, ya que en lo sucesivo
todo lo que no sea la versión oficial que nos han contado hasta ahora quedará como
una pantomima en lugar de cómo un trabajo serio.
Para acabar el cúmulo de insensateces, después de la
emisión del documental, Jordi sentó a su mesa a Iñaki Gabilondo, Eduardo Serra
y Gabirñe Biurrun. ¡Toma!, otra mesa de
dinosaurios para continuar emitiendo la misma cantinela soporífera de cada
domingo. Como será la cosa que la más
progre y rompedora era la jueza Gabirñe.
En fin Jordi que si lo que quieres o lo que te piden
es audiencia apúntate a estrategias como la de Mercedes Milá, que se sacó una
teta en un Gran Hermano. Eso por lo
menos es cutrez en estado puro. Ah, y
para humor mejor Los Morancos, no se ríe nadie pero por lo menos todos saben
que pretenden hacer reír.
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