Atónito ando con la noticia del asesinato de la
presidenta de la Diputación de León.
Digo que ando atónito porque no recuerdo otra ocasión en la que se haya
dado noticia de un asesinato explicando el carácter “asesinable” de la víctima. No entiendo el motivo por el que algunos se
han empeñado, desde ciertos medios de comunicación, en explicar las maldades
cometidas por la señora asesinada, como si con ello trataran de justificar su muerte
como una consecuencia lógica de su vida.
Sé que hay personas que tienen dificultades para
contener sus instintos primarios y sienten como una catarsis necesaria el
asesinato, pero me resulta difícil comprender que los “generadores de opinión”
se lancen a la disección de la biografía de la víctima, a la caza de un
supuesto ajuste de cuentas del que tan sólo podamos concluir que: “lo tenía
merecido”
Me resulta incomprensible que se hagan cábalas sobre
supuestos líos amorosos entre la víctima y el marido de una de las posibles
asesinas. Mis entendederas tampoco
metabolizan bien el hecho de que otra de las posibles asesinas fuera despedida
de un puesto de trabajo. Con cinco
millones de parados (por decir algo) apelar al despido como causa de un
asesinato es casi ridículo. Si cada uno
de los parados hubiera tenido que matar a su jefe, probablemente rondaríamos
los dos millones y medio de muertos.
Cierto que esto hubiera generado una cantidad de empleo considerable,
pero creo que no es el tipo de empleo que deseamos que se genere.
Eso sí, poco o nada han hablado los “papeles” de lo
accesible que resultaba el arma para la asesina. Calentón + arma = consecuencia funesta. Las cuestiones que se “meditan” con un arma
al alcance de la mano suelen tener finales poco deseables. Por cierto, ¿era el arma reglamentaria del
marido comisario?
En fin, que como persona que no cree en la pena de
muerte, ni en los linchamientos ni en los ajusticiamientos, todo esto me
desborda. Básicamente me desborda porque
al decir que no creo en la pena de muerte, ni en los linchamientos, etc. me
refiero a que no creo en ellos ni en el caso de que el acusado sea culpable, ya
que si es inocente, no tiene sentido plantearse si estas a favor o en contra de
la pena de muerte, etc.
Vamos que un poquito de cordura.
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