Y ya estamos otra vez a vueltas con el fontanero, el iva
y no se qué zarandajas de la corrupción.
Y es que parece que hemos redescubierto, cual cocinero de varias
estrellas Michelin, la sopa de ajo, eso
sí, pasada por el tamiz de los nuevos tiempos.
Ahora resulta que es noticia que los ricos no paguen impuestos y a eso tienen
la desfachatez de llamarlo corrupción y además equipararlo con la tan manida
frase de: “y tú, ¿es que no has pagado nunca una factura sin iva?” Como si tuviera algo que ver. ¿Cómo?
¿Que a ti te parece que sí es lo mismo?
Pues voy a tratar de darte otra visión del asunto, sin tratar de
convencerte.
Resulta que las leyes establecen que llevarse la pasta a
paraísos fiscales no solo es legal, sino
que hay establecido todo un protocolo de “evasión” de impuestos desde
las entidades financieras para que esté ajustado a derecho. De todos es sabido que los principales bancos
de nuestro país tienen sucursales en los llamados paraísos fiscales. ¿Para qué crees que tienen esas sucursales?,
¿para cuando vayas pulsera en ristre a un resort y necesites sacar un poco de
cash para darte un garbeo fuera del hotel con todo incluido? Pues no, más bien están allí para hacer
negocios.
Según Expansión, en un artículo publicado el 11-5-2015,
32 de las 35 empresas del Ibex 35, ese que sirve de indicador de nuestra bolsa
y por ende de nuestra economía, se encuentran en paraísos fiscales. En muchos casos se trata de oficinas vacías
con el único objetivo de justificar una sede que las libere del pago de
impuestos. Todo ajustado a derecho.
Por otro lado existen las llamadas SICAV (Sociedades de
Inversión de Capital Variable) que son una manera absolutamente legal para que
los ricos no paguen impuestos como el resto de los mortales. Para constituir una SICAV necesitas un
capital mínimo de 2.500.000 euros y un número de accionistas igual o superior a
100.
¿Nombres? Pedro
Almodovar, Ana Rosa Quintana, Alicia Koplowitz, Amancio Ortega, Pilar de
Borbón…
¿Qué te parece?
¿Aún crees que eres corrupto por dejar de pagar el IVA en alguna
factura? Pues si lo continúas creyendo
estás en lo cierto, porque lo relatado hasta ahora no es corrupción, es
legalidad. Porque las leyes no las hace
el pueblo soberano, ni la mayoría, ni ninguna de esas cenas de duro que te
están vendiendo, las leyes las hacen los poderosos para que las cumplamos la
chusma.
Dice Luis Eduardo Aute:
“Quien pone reglas al juego se engaña si dice que es
jugador.
Lo que le mueve es el miedo de que se sepa que nunca jugó.”
Y efectivamente, eso es lo que sucede, jugamos en ligas
diferentes. Mientras cualquier acción,
por parte de los pobres (olvídate de la mentira de la clase media) para pagar
menos impuestos se penaliza, las acciones para pagar menos impuestos por parte
de los ricos se legalizan.
Este es el panorama que tenemos, no podemos pretender que
quien tiene dinero sea tan honesto como para pagar los mismos impuestos que
quien no lo tiene. No hay que tirar ni
de Hobbes ni de Rousseau, da lo mismo en qué punto se corrompió la naturaleza
humana cuando el problema real es la desigualdad.
Recientemente leí un artículo de Acrasaurio en “A las
barricadas” de 22-4-2016 en el que decía:
“ A mí me parece, que si realmente todos somos
corruptibles, y queremos que el mundo sea moral, solo hay dos caminos. Uno es que todos seamos ricos. Si todos tenemos muchísimo dinero y nos
dedicamos a transferir bienes al extranjero, el delito dejará de existir para convertirse
en un simple hábito cultural, como arrancar el coche por las mañanas o ir en
metro. El otro camino hacia la igualdad,
es quitarle el dinero al rico, que solo pueda corromperse en cositas pequeñas,
como simular que ya pagó el AMPA. Es
evidente. Si no tinees dinero dejarás de
ser un gran corrupto.
Decir que todos somos iguales y que depende de la situación
en que uno esté que meta más o menos la mano en la alcancía, lo que señala es
el camino de la igualdad. Seamos iguales
económicamente hablando, y la corrupción será cosa de andar por casa, moral,
igualitaria, inscrita en la normalidad.
Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es
de nadie es de uno.”
No puedo estar más de acuerdo, si exceptuamos la
afirmación de que llevarse la pasta al extranjero es un delito. En cualquier caso el camino hacia la justicia
social es el camino hacia la igualdad (entendiendo la igualdad no como una
tabla rasa sino circunscrita en la máxima de; "a cada cual según sus
posibilidades y a cada cual según sus necesidades) y la desaparición del poder.
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