Tras las declaraciones de la Cifuentes esa
tuve una explosión de alegría como hacía tiempo que no tenía. En realidad cuando la delegada del gobierno en
Madrid compara a la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) con ETA es
un síntoma de que desde la citada plataforma se están haciendo las cosas
bien. Y es que cuando una alimaña se
encuentra acorralada, todos sabemos que es cuando puede resultar más
peligrosa. En ese momento en que ve que
va a quedarse sin un lugar por donde huir es cuando va a revolverse y a tratar
de defenderse con policías, detenciones y jueces (lo de las uñas y dientes es
cosa de pobres, estas otras alimañas tienen unos sistemas de defensa más
sofisticados) Este es el momento más
crítico de la lucha, pero parece que nos encontramos con gente muy inteligente
dentro de la PAH y no han entrado al trapo que les tendía la delegada. Más bien al contrario, han amenazado con
presentarle una demanda. A partir de ahora se abre un tiempo en que las detenciones, multas, palizas y otras lindezas democráticas estarán al orden del día, puesto que se ha marcado el arranque de la represión con esta declaración de intenciones.
Por si había alguna duda, esta semana
Basagoiti ha ido un paso más allá y ha comparado a la PAH con los nazis. Ahí sí que ya me ha dado el subidón
total. Cuando te comparan con los nazis,
con los estalinistas, con la ETA, etc. es que se les han acabado los argumentos.
Cierto que ahora con las muestras de
debilidad que han aflorado a partir de estas declaraciones nos podríamos dejar
llevar por la euforia, pero no es momento de celebraciones. Es momento de relamerse un poquito de gozo
por el empujoncito que han dado desde arriba y continuar haciendo las cosas
como hasta ahora. Haciendo nuestra la máxima aquella de:
Ladran, luego cabalgamos.
Gracias señora Cifuentes, gracias señor
Basagoiti. Esto es lo que necesitábamos.
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