¡Vaya mierda!
Se supone que cuando uno no se ha muerto cuando debía ya no le toca
morirse nunca. Una persona que ha sido
capaz de meterse por vía intravenosa lo que se ha metido, erigirse en estrella
del rock y fumar más que un indio cabreado, se supone que lo tiene que aguantar
todo.
Si desde el escenario, en la cúspide de la
vanguardia del rock, ves morir a Janis Joplin, a Jimmy Hendrix a Keith Moon, a
Brian Jones incluso ves caer a jovenzuelos como Jim Morrison y tantos otros, no
tienes derecho a morirte así como así.
No puedes largarte sin más. No
hay derecho a dejarnos así de huérfanos.
Si por lo menos hubieras muerto en los setenta…
No tiene ningún sentido llegar a la edad que
has llegado y que no nos permitas verte viejito viejito recogiendo premios en
silla de ruedas y asistiendo a actos de homenaje que claman porqué te mueras de
una puñetera vez.
No tienes ningún derecho a morirte así: sin
más. A largarte por la puerta de
atrás. Como si no importara una mierda
el modo en que has vivido.
Escapar de la heroína es todo un reto que
conseguiste, pero eso no te daba derecho a morirte cuando quieras. Deberías haber dejado que nos despidiéramos de
ti poco a poco. Deberías haber dejado
que presintiéramos todos tu muerte.
Incluso deberías haber permitido que pasara tanto tiempo sin morirte que
cuando alguien hablara de ti pudiéramos responderle:
-
¿Ese no se había muerto ya?
Pero no.
Preferiste la elegancia a la despedida.
La puerta de atrás y el silencio a la puerta grande. Preferiste que nadie tuviera tiempo de
despedirte para que tuviéramos todos tiempo infinito para llorarte.
Adiós Lou. Que la tierra te sea leve.
No he podido resistirme a compartir esta canción. Creo que es la mayor apología que se he hecho nunca de la heroína y pese a todo consigue ponerme la piel de gallina cuando la escucho.
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