No se
encenderá una vela por cada uno.
No
habrá un monumento donde depositar flores.
No
plantaremos un árbol por cada ser humano muerto.
No
habrá un alcalde recitando los nombres de cada uno.
No
habrá pausa valorativa, compungida después de cada nombre.
No
sonará una campanada por cada muerto.
No
habrá ningún paseo en su honor.
No
habrá ningún parque en su honor.
No
saldrán las familias en la tele para pedir justicia.
No nos
manifestaremos por las calles contra la barbarie.
No nos
manifestaremos por las calles pidiendo el fin de la violencia.
No nos
manifestaremos en apoyo de las víctimas.
No nos
manifestaremos para consolar a las familias.
No
habrá sido ETA.
No
habrá sido Al Qaeda.
No
habrá que asesinar y arrojar al mar al responsable.
No se
invadirán países para reconfortarnos.
No
vendrá ningún representante de las familias a hablar en el Congreso.
No se
perderán elecciones.
No se
ganarán elecciones por los muertos.
Porque
los muertos son los desheredados.
Porque
no tienen derecho a ser más que un número.
Se
estiman en:
300
Ni tan
siquiera tienen derecho a que se conozca la cifra exacta.
300
Ni a
protagonizar un cómic.
A pesar
de todo, para mí, serán los héroes.
Aquellos
que conociendo su posible final se enfrentaron a las tropas de los persas.
Porque
Europa es el Jerjes sangriento y despiadado.
Ese de
los cómics.
El malo
de la película.
Aquel
al que todos odiamos.
Pero
aquí es el que siempre gana.
Es el
amo del poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario