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domingo, 30 de marzo de 2014

Los alargados brazos de Visnhú



No es baladí que las virtudes teologales sean Fe, Esperanza y Caridad.  Y digo que no es baladí porque entre ellas no se encuentra el sustantivo coherencia.  Si esto lo vieron así los teólogos sabios en su momento no veo por qué algunos se empeñan en ensalzar a la categoría de virtud a la coherencia.  Veamos si con un ejemplo consigo explicarme mejor:

Imagínate que eres una puta.  Sí, ya sé que te resulta difícil, pero haz el esfuerzo.  Vamos, concéntrate, haz el esfuerzo…  ¿Ves como no costaba tanto?  Bueno, ahora que ya te tengo convertida en puta el siguiente paso te resultará mucho más sencillo.  Imagínate que estás en el East End de Londres.  Es el año 1888 y tú estás en medio de tu jornada laboral, noche oscura, niebla cerrada y todas esas cosas propias de Londres.  Ves surgir una sombra entre la oscuridad y la niebla, que poco a poco, va adquiriendo apariencia de ser humano.  Tras invadir tu espacio vital, acerca los labios a tú oído y susurra:

     Soy Jack y voy a destriparte.

Lo más probable es que en ese momento, al menos en primera instancia, te dé por creer en espíritus, abducciones y fenómenos paranormales.  Hasta es posible que te dé por invocar a la mismísima Vishnú, para que interceda y posea el alma del citado Jack con el espíritu de Sandro Rey, a fin de convertir su predicción de destripamiento en una filfa.  Pero va y lo que sucede es que, finalmente Jack, no es coherente con sus actos y en lugar de destriparte, que es lo que pide su nombre, se decide por fin por besar tu mejilla, sonreír y continuar su camino como si tal cosa.  ¿Verdad que no se te ocurrirá decirle que es una vergüenza su actitud incoherente?  ¿Verdad que no dejará de ser Jack el destripador y dar un miedo que te cagas, por más que a ti te haya dejado tranquila?

Bueno, todo este rollo de convertirte en puta, de hacer revivir a Jack, la niebla, la noche y el Londres, aunque parezca inverosímil, lo traía a cuento de la coherencia.  No de la coherencia como virtud, pero sí como, digamos, cuestión que ayuda a los que somos cortos de entendederas a centrar los temas.

Hace unos días que estoy viendo a Maduro (insigne presidente de Venezuela y médium a través del que hace sus apariciones estelares el finado Hugo Chávez) blandiendo la constitución (literalmente) y cargando (verbal y literalmente) contra los manifestantes, tachándolos de individuos de extrema derecha y de saltarse las reglas de la democracia, ya que salen a la calle en lugar de acudir a las urnas que es el espacio en el que hablan los demócratas.  Otro tanto sucede con Ucrania, que pasó a ser portada de ABC porque el pueblo soberano había salido a la calle, harto del gobierno, para pedir más democracia.  ABC ensalzaba los valores democráticos del pueblo ucraniano que tenía el valor de retar al gobierno (elegido democráticamente) saliendo a la calle.

Siendo las afirmaciones de ABC de una clarividencia incontestable y las afirmaciones de Maduro de un absurdo abrumador, me gustaría centrarme ahora en la actitud del gobierno español:

¿Qué hace el gobierno de España cuando hay manifestaciones en contra de él?  Lo mismo que Maduro y su gobierno de “izquierda revolucionaria”  ¿Qué dicen aquellos que creen ver en el gobierno venezolano un rayo de esperanza del ascenso de la izquierda a cotas de poder por vías democráticas?  Ponerse del lado de un discurso que es clavadito al esgrimido por el gobierno “ultra facha”, de nuestro país, que nos atenaza.

¿Adónde me lleva esto?  A parte de a cabrear a unos y a otros, como suelo hacer habitualmente.  Pues me lleva a pedir un poquito de coherencia, aunque como he dicho al principio, la coherencia es una virtud relativa, no una virtud teologal.  Pero, como también he dicho, la coherencia me ayuda a que el mundo me resulte más comprensible.  Así pues cuando el pueblo salga a la calle espero que todos (este todos en negrita y subrayado) seamos capaces de ver en ello un ejercicio de democracia y no a neonazis, antisistemas, fachas o extremas izquierdas campando a sus anchas frente a los “pobres servidores del orden”

jueves, 27 de marzo de 2014

Perorata del buen ladrón



Yo soy el que acumula medicamentos en casa por el placer de acumularlos.  Siempre que tengo ocasión me planto en la consulta del médico y trato, por todos los medios, que me expida esa receta que no necesito.  También soy dado a acudir al farmacéutico de turno para intentar que me venda antibióticos sin ninguna necesidad.  Me encanta atiborrarme de antibióticos.

Tengo por costumbre recomendar medicamentos a todo el mundo, sean amigos, conocidos o familiares; incluso los recomiendo en el bar, a voz en grito.

Lo que más me gusta es acudir a urgencias sin necesidad.  Que me aburro, pues hala, para urgencias que me voy a pasar el rato.  Invento mil y un métodos para abusar de la sanidad pública.

También evito comer en casa.  ¿Para qué si puedo disfrutar de una beca comedor?  Como cada día gratis, además, no sólo repito, si no que me gusta llevarme comida en fiambreras para repartirla luego entre mis allegados, o mejor aún, para venderla a pie de calle.

Cuando veo un coche me abalanzo sobre él con la esperanza de ser atropellado y poder pedir una indemnización millonaria.

Vine a este país para aprovecharme.  Mi único objetivo es chupar de la teta del Estado, enviar toda vuestra pasta a mi gente y aprovecharme de vuestros impuestos.

Soy ese anciano que se aprovecha del sistema.  El que vive a costa de todos vosotros consumiendo recursos sanitarios y agonizando en caras residencias públicas que pagáis todos vosotros.

Soy esa adolescente alocada que en lugar de anticonceptivos aborta cada vez que folla borracha en el asiento de cualquier coche.

En definitiva soy el delirio del pueblo que, engañado por los legisladores gobernantes, hacen suyo un absurdo discurso que sólo sirve para justificar la destrucción de derechos y para desviar (este sí) nuestro dinero a sus bolsillos, porque, seamos sinceros, ¿alguno de vosotros es como alguno de los casos aquí descritos?  ¿Verdad que no?  ¿Alguno conoce de primera mano algún caso?  No, todo son cosas que nos ha contado alguien.  Que no te engañen los ladrones están arriba.  Ellos son los que gastan tú dinero y como te lo gastas en mantenerlos no llegas a fin de mes.  Ellos son los encargados de que estos bulos se difundan y se conviertan en una letanía, un mantra que a fuerza de ser repetido acabamos creyéndonos.  Un discurso que sirve para que el pueblo asuma como un gran beneficio leyes que no hacen más que perjudicarnos y precarizar más y más nuestras vidas.  Esas vidas en las que nos conformamos con más bien poco: trabajar, llegar a fin de mes, echarnos unas risas y poder ver crecer felices a nuestros hijos.

martes, 25 de marzo de 2014

Els germans



Desprès de tres sessions del més absurd dels teatres, un tribunal egipci a decretat la pena de mort per a 529 persones.  Bé, sembla que ja han perdut la categoria de persones i ara han adquirit la de “Germans Musulmans”  Sembla que tot lo que porti “musulmà” es més susceptible de ser assassinat.

No se quans funcionaris en plaça definitiva de botxí executaran a aquestes persones.  Tampoc sóc capaç d’imaginar-me què es deu sentir quant han fixat la data i l’hora de la teva mort.  Ni puc imaginar el que deu sentir la família en saber que a partir d’un moment, determinat per una persona, el teu ésser estimat deixarà d’existir.  Potser l’única manera de fer una aproximació a aquest sentiment seria preguntar-li a la família de Miguel Ángel Blanco, o a la família de Salvador Puig Àntic.  Tampoc sóc capaç d’imaginar-me el que pot arribar a sentir un col·lectiu de cinc-centes famílies unides pel dolor que fàcilment és pot transformar en ràbia i en odi.

Mare meva!  529 persones que no ocupen ni tan sols un petit espai a les portades de la premsa del nostre país.  529 persones condemnades a morir per una persona que és diu jutge.  529 persones que a partir d’una data, no tornaran a veure sortir el sol perquè un funcionari els arravatarà el darrer sospir en compliment del seu deure.  “Són ordres”  Tornar a casa amb la satisfacció del deure complert.  Fer un petó a la teva parella que et pregunta com a anat la feina i tu li contestes que bé, que has condemnat a morir a 529 persones; o que avui hi hagut més feina del compte, ja que tocava matar 529 persones.

D’ara endavant restaran només un nombre: 529.  No vull que sigueu un nombre.  Vull conèixer el vostre nom, el vostre passat, les vostres il·lusions, els vostres somnis, la vostra família, els vostres projectes de futur.  I els vull conèixer un per un, fins a sumar 529.

529 famílies en lo cor desfet, en l’ànima buida.  Això sí, coneixedors de que l’Estat de Dret funciona i és implacable.  Quan d’aplicar el dret és tracta, res com un bon Estat que no dona una a dretes.

Ah, que s’ha mort Suárez.

lunes, 24 de marzo de 2014

Letanía del descreído




Me dijeron que había firmado El Contrato Social
Me dijeron que era un Contrato indefinido
Y yo
Que ni tan siquiera lo había leído
No les creí.

Me dijeron que no debería preocuparme por nada
Me dijeron que ya había quien se preocupaba por mí
Y yo
Que ni siquiera lo había decidido
No les creí.

Me dijeron que escuchaban mi voz
Me dijeron que como, tal vez, gritaba mucho, sólo hablaría cada cuatro años
Y yo
Que ni siquiera gritaba mucho
No les creí.

Me han dicho que la bonanza se ha acabado
Que todo el sistema hace aguas
Y yo
Que ni siquiera sé nadar
No les creí.

Me han dicho que El Contrato Social se ha convertido en un ERE social
Que el sistema está en CRISIS
Y yo
Que no conozco más bonanza que Bonanza
No les creí.

Me han dicho que el Estado no puede estar pendiente de todos nosotros
Que ya tenemos que ir espabilando
Y yo
Que soy medio tonto
No les creí.

Me he dado cuenta que cuanto más hablan Ellos
Menos los creo
Y como estoy debajo sólo entiendo las cosas de debajo
Porque lo mío no es creerme lo que me dicen los que mandan
Si no creerme lo que sienten los que se ven obligados a desobedecer.

Así pues
Una vez más
No los creí.