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jueves, 21 de noviembre de 2013

Ciudadanos sin miedo




Parece ser que damos miedo, mucho miedo.  Por eso el gobierno, harto de tanta protesta y tanta leche, está redactando una ley para regular el derecho de manifestación y de reunión(?)  Extraño ¿verdad?  Que un gobierno presuntamente democrático haga caso a los llamados cavernícolas mediáticos y se ponga manos a la obra para regular lo irregulable dice muy poco a favor de la calidad de sus valores democráticos.

No me canso de repetir que la democracia se demuestra ante quienes no piensan como tú, lo otro es  otra cosa más soez que definió muy bien Quentin Tarantino en Pulp Fiction.  Y esa demostración de espíritu democrático tiene que fundamentarse sobre todo en el respeto y el saber escuchar lo que se te está diciendo en todo momento.  Otra cosa es que lo compartas.

Saber escuchar no es parar oreja en la rajita de la urna cada cuatro años y ver si suena música celestial o tambores de “te quedaste en la oposición chaval”  Saber escuchar es más que eso.

No se cansan de repetirnos que ellos son los legítimos representantes de los españoles.  No se cansan de emular una y otra vez a diversos lehendakaris (desde Ardanza hasta Patxi López) que dijeron aquello de:

“Seré el lehendakari de todos los vascos”

Así pues cada vez que llega un político a la presidencia de España dice esta frase tan prosopopéyica y a la vez tan vacía de significado, cambiando lehendakari por presidente y vascos por españoles, of course.

Pues bien, ¿qué significa ser el presidente de un estado democrático?  Básicamente hacer lo que te sale de salvas sean las partes hasta el año anterior a las elecciones en que empiezas a tirar de “talante democrático”  Pero en realidad lo que se espera es otra cosa muy distinta.  Lo que se espera es un auténtico (y por tanto mero) representante de todos los españoles.  Eso quiere decir que los españoles hablan más allá de las urnas y los políticos deberían responder más allá de las legislaturas prescindiendo de sus cargos y dimitiendo con cierta soltura.  Si en realidad representas, nada hay que temer por que sea otro el que lo haga.  Ahora bien si haces de la política una profesión, ay amigo, entonces no hay quien te eche.  El pan de tus hijos, en el mejor de los casos, depende de que continúes disfrutando de las prebendas del poder.

Como de un tiempo a esta parte hay una porción de españoles que no se siente representado ni con ganas de estarse amordazado cuatro años, al calor del movimiento 15M, han surgido grupos contestatarios y autónomos que se hacen difíciles de manejar.  No hay sindicato que pueda meter mano.  No hay partido político que pueda infiltrarse.  Además no se callan nada.  Marea Verde, Marea Blanca, PAH, Yayoflautas, etc. campan a sus anchas por el Estado de Derecho y esto no se puede consentir.  Porque hasta ahora la vida del político era una vida relativamente apacible y de repente tienen que ponerse a trabajar.  Y eso sí que no.

Ahora pretenden regular lo irregulable:  El derecho de manifestación.

Recuerda tiempos pretéritos ¿verdad?  Pues si nos imaginamos cómo puede ser esa regulación aún lo hará más, porque vamos a ver:

-Si voy paseando con un grupo de “amigos” por la calle y todos portamos la misma camiseta, y casualmente pasamos frente a la casa de un político, y cantamos a coro una jota de picadillo dirigida al ilustrísimo político, ¿será un escrache?

-¿Cuántas personas podremos pasear juntas con mensajes incrustados en nuestra ropa sin que eso sea delito?  O, ¿dependerá del mensaje?

-¿Nos podremos reunir sólo en el monasterio de Montserrat o en la iglesia del barrio?

-Si estoy grabando un video de la comunión de mi Jessi y en ese momento pasa un munillo y lo grabo sin querer: ¿pasaré a disposición judicial?

En fin, que todo esto va a ser un lío de Cristo Padre y al final quedará a criterio de la discrecionalidad de la autoridad competente, con lo cual esto va a ser peor que el Delorean de “Regreso al futuro,” pero esta vez iremos al pasado para no volver.

Eso sí, señores del gobierno, como lleguen a aprobar esta ley prepárense, porque si llegan a imponer a alguien normal, como por ejemplo yo, una multa de 600.000 euros, nos han arruinado la vida para siempre jamás, y una persona con la vida arruinada no tiene nada que perder y mucho que ganar, así que prepárense para contar con ciudadanos desesperados, descontentos y sin nada que perder.


Notas:


En un régimen político en el que el lema articular sea ante todo el orden público, ocurre que la vida política se concibe en términos de orden público y todo lo que afecte a éste será potencialmente político.  Lo que consigue el régimen con esto es descubrir su talón de Aquiles.  Al mostrar el orden público como el aspecto cuya vulneración más podría afectarle, no hace otra cosa que señalar el punto donde más daño le haría cualquier ataque.

La noción de orden público en el constitucionalismo español de Julián Delgado Aguado y otros.



Todo español podrá expresar libremente sus ideas mientras no atenten a los principios fundamentales del Estado.  Artículo 12 del Fuero de los Españoles de 17 de julio de 1945.



En los demás casos, para las reuniones confesionales no católicas será necesaria la previa autorización del Gobernador civil de la provincia, que la concederá cuando la petición esté justificada por su finalidad religiosa, haya sido formulada por la Asociación confesional en el plazo y forma que reglamentariamente se determine y no contradiga las exigencias del orden público.  Artículo 11.2 de la Ley 44/1967, de 28 de junio, regulando el derecho civil en materia religiosa.
 

2 comentarios:

  1. Comparto totalmente el sentir de este artículo, si no paramos este tipo de leyes y comportamientos, nos acabarán por poner uniforme a todos para salir a la calle, aunque lo peor será que este uniforme tendrá una insignia con cierta ave que nos recuerda al pasado de este país, el problema es que no sabremos que la llevamos bordada, porque la primera puntada de este cosido es el recorte de derechos que ya ha comenzado.

    Enhorabuena por el articulo.

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