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lunes, 2 de diciembre de 2013

Amazon ya tiene dron



Hace ya un tiempo se anunció en los noticiosos que el ejército estaba en disponibilidad de utilizar drones para sus acciones (acciones=eufemismo para decir: matar, espiar, mutilar, etc)  Pues bien, ahora, como viene siendo habitual, la tecnología militar pasa a formar parte de la industria civil.  Así pues, los más modernos entre los modernos, se han apresurado a anunciar a bombo y platillo su nuevo proyecto:
Amazon hará llegar los pedidos a sus clientes a través de drones.

Para los profanos en la materia apuntaré que los drones son aviones no tripulados.  Concretamente, en el caso de Amazon, se trata de una suerte de avión similar a esos aparatejos de radiocontrol que anuncian en las teles (ad nauseam) en estas fechas tan señaladas.

La idea es que seamos tan ultramodernísimos que haremos el pedido por internet y, siempre y cuando no supere los dos kilillos de peso, nos lo traerá hasta la puerta de casa un cacharro de esos.  Y a partir de aquí, so riesgo de resultar retrógrado me pregunto:

¿Para qué leches queremos tener ahora un perro en el jardín si ya no hay carteros a los que morder?  ¿Qué hubiera sido de Charles Bukowski si el reparto del correo se hubiera hecho con drones?  Tal vez hubiera escrito El Dron, pero no me imagino yo al dron en las tesituras en que se ve envuelto el pobre Hank.

¿Qué hubiera pasado con otros títulos emblemáticos relacionados con tan noble oficio?

El dron y Pablo Neruda, El dron siempre llama dos veces, El dron que se convirtió en… ¿en qué se puede convertir?  ¿En avioneta?, de Alfredo Gómez Cerdá.  El dron de los sueños de Marta Arnau.  Vamos que la literatura quedaría hecha unos zorros y eso que no he hablado todavía de El dron del rey de Rabindranath Tagore.

Dios mío, esto no hay quien lo aguante.  ¿Qué pasará con la música?  ¿Cómo quedará la linda sevillana El Cartero?

¿Por qué no traen un ‘te quiero’
las cartas que ella me envía?...
ay, mire ¿señor? dron
que todas vienen vacías.

Dron,
¿cómo ha dejado, por Dios,
que alguien ajeno las coja
y se me robe el amor
dejando solo las hojas?

Puf, difícil de tragar, pero lo más grave está por llegar.  ¿Dónde narices depositarán los niños su carta a los reyes magos?  ¿Vendrá un dron a recogerlas?  ¿Se sentarán los niños en sus rodillas drónicas y le explicarán lo buenos que han sido y lo que tienen que traer sus majestades?  Claro que puestos a hacer el reparto de juguetes ya nos dejamos de tanta zarandaja y ponemos drones no tripulados a entrar por las chimeneas, por los balcones o por donde quiera que lleguen esos señores barbudos y les depositen los regalos a nuestros hijos como si se tratara ayuda humanitaria servida directamente por las tropas de la OTAN.

Que no, mire que esto de El dron su mujer y otras cosas que meter no me convence nada de nada.

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