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lunes, 24 de febrero de 2014

La guerra de los mundos de Jordi Évole



Hace ya algún tiempo que Jordi Évole no forma parte de mis noches de domingo.  Lo cierto es que ya me cansaba el formato del programa en el que apenas se descubre nada nuevo.  Cada vez son más los dinosaurios de la política que pasean sus semblantes frente a la cámara acompañados del reportero dicharachero de moda y, la verdad, para ver a Felipe González y a Artur Mas hablando del proceso soberanista pues me pilla un poco cansado.  Todo esto lo digo en un acto de valentía inusitado, ya que no estaba bien visto, en según qué círculos, decir que te cansaba el programa de El Follonero.

Pese a todo reconozco que, con cierta desconfianza, fui víctima este domingo de la publicidad que le habían dado al documental que querían presentar.  Diré también que me creí el desarrollo del documental y las explicaciones que allí se daban, sobre todo porque de una vez por todas alguien lograba explicarme cómo era posible que Garci recibiera un Oscar por la pastelera y casposa “Volver a empezar”

Hacia el final del programa cuando explicaron que todo había sido un broma me sentí bastante indignado, no por el hecho de ser víctima de un engaño, que eso siempre me resulta divertido, sino porque con ese reportaje humorístico Jordi Évole se ha doblegado a las estrategias de márketing de la cadena.  Además ha puesto en entredicho el trabajo de otros periodistas serios que sí habían puesto en tela de juicio la versión oficial del 23F.  Ahora toda esa investigación llevada a cabo por verdaderos profesionales del periodismo se ha visto empañada por este episodio, ya que en lo sucesivo todo lo que no sea la versión oficial que nos han contado hasta ahora quedará como una pantomima en lugar de cómo un trabajo serio.

Para acabar el cúmulo de insensateces, después de la emisión del documental, Jordi sentó a su mesa a Iñaki Gabilondo, Eduardo Serra y Gabirñe Biurrun.  ¡Toma!, otra mesa de dinosaurios para continuar emitiendo la misma cantinela soporífera de cada domingo.  Como será la cosa que la más progre y rompedora era la jueza Gabirñe.

En fin Jordi que si lo que quieres o lo que te piden es audiencia apúntate a estrategias como la de Mercedes Milá, que se sacó una teta en un Gran Hermano.  Eso por lo menos es cutrez en estado puro.  Ah, y para humor mejor Los Morancos, no se ríe nadie pero por lo menos todos saben que pretenden hacer reír.

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