Cada día tropiezo, varias veces, con diferentes
anuncios en Facebook instándome a consumir las cosas más peregrinas. Comprendo que el algoritmo ese tan famoso,
falla más que una escopeta de feria.
Hasta aquí todo normal. Digamos
que puedo tolerar desmanes como que me inviten a consumir pan Bimbo sin corteza
o San Miguel 0,0, pero lo que no puedo soportar, en modo alguno, son las
tomaduras de pelo. Me explico:
Llevo unos días topando con una publicidad lanzada
desde el perfil “Eventos, publicidad, teatro y cine”, que anuncia castings “remunerados”
sin más explicación que el lugar y los días.
Lo cierto es que, en un primer momento, no le di mayor importancia, pero
ante la insistencia de la publicidad y la aparición de Fraga como lugar en el
que desarrollar la actividad, puse un comentario en el que reclamaba
información sobre salario a percibir, convenio colectivo en el que quedaría
inscrito si aceptaba la actividad y horarios. Lo que viene a ser lo normal antes de aceptar
una oferta laboral. No duró ni un cronón
el comentario. Se aprestaron a borrarlo
como si les hubiera hablado el demonio.
Y yo me dije: “¡demonios!, aquí hay algo
que no va bien”. Así que volví a
la carga mostrando extrañeza por haber borrado mi comentario.
La respuesta no se hizo esperar en forma de: “para
ampliar información sobre las condiciones, le rogamos que contacte con nosotros
a través del correo electrónico”.
Transcribo el correo que les remití, literalmente:
“Hola,
Desearía conocer las condiciones laborales en que se
desarrollaría la actividad. Sueldo,
convenio colectivo y horarios.
Gracias”
¿Sabéis lo que es un estepicursor? (lo que a Fraga
diem “barrella”?) Exacto, ese matojo que
da vueltas en las pelis del oeste. Pues
eso ha pasado en mi mail desde el envío recabando información. Pero no todo acaba ahí, sino que han vuelto a
borrar el comentario junto con su respuesta y, además, han cambiado la
privacidad de la página para que no se puedan añadir comentarios a sus
entradas.
¿Es una estafa?
¿Es explotación laboral escondida bajo el halo del atractivo de la
fama? ¿Buscan esclavos incansables que como
pago reciban la ilusión de un futuro que no va a llegar jamás? Eso no podremos saberlo nunca… pero, oye,
sospechas han levantado para aburrir.
¡Huid, insensatos!
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