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domingo, 28 de mayo de 2017

Del PSOE y sus primarias



Quiero aprovechar este bello momento para analizar la cuestión de las primarias del PSOE.  Como llevo tanto tiempo boquicerrado, pues no pierdo ripio y me marco una largada mayúscula.

No sé si soy yo solo o alguien más se ha percatado de que todo esto de las primarias ha sido una pura estrategia (bueno, he de reconocer que cuando estaba pensando esta entradilla me comentaron que un tal Isaac Rosa había hecho algo parecido, pero tengo coartada: no lo he leído).  Espero no estar en minoría, aunque, por si las moscas, voy a explicarlo despacito y desde el principio de los tiempos.

Si hacemos caso a la versión oficial de los acontecimientos, previo a la investidura, que no embestidura (eso lo dejamos para la curva de la estafeta y esas cosas cornudas), de Mariano Rajoy Brei hizo su aparición una tal Susana Díaz que, hecha una tarasca, dijo:  “Niño, hazte a un lado que ahora mando yo”.  Y acto seguido llegó la abstención hecha presidente.  Y después llegó la carrera por eso de las primarias.  Y después se hizo una campaña larguísima de varios meses con tertulianos variopintos rajando a diestro y siniestro; concretamente siniestramente compinchados con la corriente Diaciana.  Y después habló la militancia y dijo que tararí y tururú y que ya no mandas tú, que ahora vuelve a mandar el pobre Pedro.  Y lo que parecía la Pasokización del PSOE ya no, que ahora ya resurgen de sus cenizas y con el bueno de Sánchez la cosa va más que bien engrasada.

Esto es, como he dicho, la versión oficial.  Realmente aquí hay una conspiración en toda regla y te lo voy a demostrar:


Fíjate que en toda la disertación anterior he dejado de lado la figura de Patxi López y lo he hecho de forma deliberada y sabes ¿por qué?  No, no es que el pobre Patxi haya sido utilizado por la pérfida Susana para vaciar de votos la candidatura del San Pedro, no, es algo mucho más sutil.  Observa el apellido de los candidatos: López (Patxi), Sánchez (Pedro), Díaz (Susana).  ¿No te dicen nada estas iniciales?  Sí, claro, LSD, dietilamida de ácido lisérgico, lo que viene a ser un tripi.  Y es que todo esto ha sido una estrategia del propio partido para recuperar el protagonismo perdido con la aparición de partidos a su izquierda y el talante liberal que había adquirido en los últimos tiempos.  Y como las personas que ponen nombre a las operaciones son unas cachondas, pensaron que LSD describía a la perfección la alucinante serie de acontecimientos a los que nos iban a someter.  Claro que para disimular un poco el nombre buscaron tres candidatos con los que montar un acróstico y asunto resuelto.  Luego llegó todo el montaje del apártate tú que me pongo yo, ahora votamos y todo eso con la única finalidad de recuperar el lustre y esplendor de épocas pretéritas.  ¿Cómo te has quedado?  ¿Eh?

Que no, que no se me han desconectado las neuronas, que todo esto era una bromita para pasar un rato bueno.  Pero tiene sentido.  ¡Dios mío!  ¡La verdad está ahí fuera!

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