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martes, 12 de febrero de 2013

On egin



Escuchaba con asombro, la semana pasada, a un amigo que me comentaba que habían obligado a un restaurante que servía sushi sobre una modelo a dejar de realizar esta práctica.  Además afirmaba, mi amigo, que todo se debía a una denuncia de una agrupación de izquierdas, lo que venía a sumar más asombro a mi persona.  En cuanto llegué a casa busqué información sobre el asunto y, efectivamente, topé con la noticia de que habían obligado a un restaurante de Valencia a retirar la oferta de nyotaimori que ofrecía en su restaurante.  Vale, me he tirado el rollo, hasta que no he buscado la noticia no tenía ni idea de que se llamaba nyotaimori, pero ahora que lo se me ahorro decir lo de servir sushi sobre el cuerpo de una mujer desnuda.  A lo que íbamos.  La denuncia parte del grupo parlamentario Esquerra Unida y se presenta ante el Observatorio Autonómico de Publicidad No Sexista.  No contentos con presentar demanda ante observatorio de imagen tan rimbombante, presentaron otra ante el Observatorio de la Imagen de las Mujeres.  Lo del nombre rimbombante lo digo, no porque me parezca mal que exista el citado observatorio, sino por el escaso resultado obtenido hasta el momento por este tipo de instituciones.  Tal vez con menos nombre y más eficacia conseguiríamos algún tipo de avance en la materia.

La diputada Marina Albiol dijo: no se puede tolerar que en pleno siglo XXI haya iniciativas como esta que cosifican a la mujer y la reducen a una pura mercancía del placer de los hombres que pagarán por comer en un restaurante.

Resultado de todo ello tenemos a una mujer en el paro.  Eso sí dignísima, pero en el paro, además para ser que ha recuperado su dignidad la chica estaba cabreadísima.  Si es que el mundo está lleno de desagradecidos.

En todo este galimatías hay varias cosas que no entiendo:

¿Es cosificar a una mujer el servir sushi sobre ella?  Entiendo que si fuera potaje o marmitaco el asunto fuera peligroso, pero tratándose de una comida fría…
¿Es vejarla?
¿Pierde su dignidad?

Después de leer, hace ya unos cuantos años, que uno ya peina alguna cana, varias entrevistas a prostitutas que explicaban el porqué su trabajo era: eso, trabajo.  Igual de digno que cualquier otro.  Pues uno ya va asumiendo estas prácticas (siempre que se realicen con total libertad) como algo a proteger y regular, sobre todo para evitar prácticas como el proxenetismo y proteger a estas personas frente a agresiones físicas y morales.  Pues ahora va y resulta que la prostitución se defiende desde la izquierda (me incluyo) pero, si un restaurante ofrece comer sobre una persona hay que condenarlo.  ¿Por qué?  Si en lugar de una modelo fuera una anciana, ¿se habría presentado alguna queja por trato vejatorio?  Si en lugar de una modelo hubiera sido un hombre de tripa oronda y nalgas fláccidas, ¿hubiera sido trato vejatorio?  Pues es que no puedo pensar otra cosa más que en esta sociedad estamos cargados de prejuicios, seamos de izquierdas o de derechas.  En cuanto aparece el sexo o el desnudo parece que no nos ponemos de acuerdo.  O sí.

En este caso en concreto parece que todos son personas adultas, que se habrán establecido unas normas (por lo que se en este tipo de establecimientos no se puede tocar a las modelos) y estarán todos de acuerdo.  Entonces, ¿cuál es el problema?

Alguien, con cierta maldad, puede pensar:

-          Ponte tú y así vemos si es vejatorio o no es vejatorio.
Pues verás el pudor me puede.  Tampoco me pongo a operar a nadie.  Entre otras cosas porque me darían chingares, pero no por ello soy tan necio de despreciar a los cirujanos.  De la misma forma que defiendo la prostitución sin haber acudido nunca a este tipo de servicios y defiendo el amor libre siendo hombre de una sola mujer, soy capaz de defender este tipo de prácticas pareciéndome el trabajo de la mujer allí acostada muy digno, aunque nunca me preste a ejercerlas y mucho menos a asistir a un local así.

En fin, menos cogérnosla con papel de fumar.

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